Sociología, utilidad, poder y mundo actual.

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Desenmascaramiento de la gentrificación verde

 

Alberth Miguel García Castellano

Fátima Guayarmina Oramas Socorro

Kassandra Antonella Villacreses Moreira 

 

Introducción 

 

Es bien sabido por todos, que el sistema actual está basado en la economía y el consumo de masas. Por lo tanto, podríamos estar de acuerdo con la opinión de Saskia Sassen cuando dijo, “la lógica del sistema era incluir a la gente como consumidores y como trabajadores”. En consecuencia existe un gran interés por crear estructuras globalizadas y estandarizadas. Los mismos roles, las mismas necesidades y las mismas interacciones por todo el planeta. ¿Se puede decir lo mismo de las consecuencias? Por supuesto que sí. Si aparecen entornos globales como pueden ser las ciudades, éstas se convierten en espacios de confrontación donde impera la expulsión y la segregación de personas. Y es aquí donde la gentrificación verde surge como proceso generador de expulsiones. 

 

Quizás en este punto, nos hemos dado cuenta de la necesidad de “pensar paradójicamente” para adoptar una perspectiva crítica y desenmascaradora. Observar, analizar y plantear hipótesis sin seguir dogmatismos, rompiendo con opiniones establecidas o expectativas y sin estar al servicio del poder. Porque la sociología es una ciencia que está “obligada a producir paradojas”, tal y como expresa el economista Albert Hirschman. Y añade, “porque los descubrimientos más significativos en esta rama de la ciencia, son casi siempre contraintuitivos, sorprendentes y relacionados con las consecuencias no intencionadas o inesperadas de la acción humana”. 

 

En este caso, la gentrificación verde como nuevo conocimiento o proceso, requiere de una mirada en este sentido. Unido a una reflexión crítica y cuestionadora. ¿Por qué? Pues porque parece estar creando unas consecuencias inesperadas de su acción. O lo que según Weber hacía referencia, “hay efectos que derivan de consecuencias imprevistas e incluso no deseadas o no buscadas”.

 

Es posible que estemos ante una iniciativa saludable que esconda una estrategia de urbanismo neoliberal. Que bajo términos con una connotación más positiva como, “renacimiento”, “renovación” o “reinversión” está provocando que estas estrategias verdes no sean en beneficio de los ciudadanos residentes en los barrios y ciudades afectados. 

 

En síntesis, la gentrificación verde, es utilizada para mostrar el lado oscuro de la regeneración que retrotraen a las supuestas bondades de la transformación de las ciudades a través de una radical reestructuración que termina siendo desigual. 

 

Crítica sobre la gentrificación verde y la segregacion urbana

 

En un mundo donde el funcionalismo en la sociología debe estudiar cómo las instituciones contribuyen al funcionamiento del sistema social y cómo se relacionan entre sí. En cuanto a la relación con el poder, el funcionalismo y la explicación funcional pueden ser criticados por su tendencia a naturalizar y justificar las estructuras sociales existentes. Al enfatizar la importancia de la función de las instituciones se corre el riesgo de ignorar o minimizar las desigualdades y conflictos que pueden existir en la sociedad. Además, al centrarse en el mantenimiento del sistema social, se pierde de vista la posibilidad de transformación social y cambio social. (Martínez, R. 2019 pág.14)

 

Uno de los ejemplos claros actualmente es la segregación urbana podría ser un ejemplo claro de “Funcional”. Cuando hablamos de elección voluntaria o cuando elegimos donde vivir, sabemos que no depende solo de nuestros gustos sino también del poder adquisitivo, “se le llama voluntario a algo que podría ser funcional”.  En la revista Arquitectura que habla de la segregación urbana, dice que:  “La tentación es siempre asumir, de manera más bien simplista, que estas distintas clases se segregan voluntariamente –en el caso de las clases dominantes– o de manera forzada –en el caso de las clases dominadas– de forma que la ciudad resultante sea “funcional” a la reproducción del sistema económico”.  (Espino Nilson, 2008). Pág 35.

 

Por otro lado, si somos conscientes del cambio social que ha venido ocurriendo a través del tiempo, podemos hacer un análisis reflexivo, de cómo ha cambiado todo desde la industrialización hasta ahora, Pudiendo identificar algunos paralelismos en los tiempos de Marx y la segregación urbana actual, respecto a diferencia cultural y económica entre los Capitalistas “burgueses” y el proletariado “trabajadores”, cuando las comunidades iban creciendo y acumulándose en  las principales ciudades debido a la industrialización, se puede notar que ambos fenómenos están marcados por las desigualdades sociales y la concentración de grupos en áreas específicas, pero sus causas, características y respuestas sociales son distintas debido a los cambios históricos, económicos y sociales que han tenido lugar a lo largo del tiempo. 

 

Sin embargo, Marx argumentó que las clases dominantes van cambiando y no desapareciendo. Por consiguiente, podemos ver como el tiempo va dando paso a un desarrollo social que sigue estructurando los privilegios según las clases sociales y por tanto las posibilidades adquisitivas de cada individuo. Si nos olvidamos de la historia, del nivel analitico critico y de la realidad empírica entramos en un estado de irreflexión, pero “la sociología que piensa, que actúa de manera reflexiva y que no tiene miedo de hacer un poco de sociología de la sociología, aunque esto signifique adoptar una mirada autocrítica hacia la misma disciplina.” (Cardús, S. 2019) Pág 10.

 

Reflexionando acerca de lo ocurrido en los tiempos de la industrialización, vamos a comparar como la gentrificación verde, puede ser un sistema de desigualdad social. Según la investigación de ICTA-UAB y el IMIM parte de la evidencia que la “verdificación” de las ciudades mediante la creación de parques, zonas verdes de paseo y corredores ecológicos tiene efectos beneficiosos para la salud física y psicológica de las personas. Esta tendencia creciente de “ecologización” de las ciudades mejora la calidad ambiental del aire, fomenta la realización de actividad física, y favorece la creación de vínculos sociales más fuertes entre los residentes, reduciendo así los niveles de estrés crónico y mejorando la salud en general. Además, profesionales de la salud pública abogan por la verdificación o ecologización y citan los beneficios en la salud sin tener en cuenta esas dinámicas, y sin contemplar las implicaciones de esa relación en la igualdad en salud en las ciudades. No lo hacen de manera inclusiva para todos por igual, al contrario, dan un apoyo a la gentrificación verde como responsable de un beneficio a la salud.

El punto de partida de un análisis alternativo tiene que ser el reconocimiento del origen y naturaleza social de esos gustos y preferencias que se manifiestan en el mercado (e.g., Sahlins, 1976). El consumo de bienes, incluyendo la vivienda, tiene que verse como algo no muy distinto al uso de un lenguaje, a través del cual los miembros de una sociedad definen su identidad y lugar en la sociedad. Desde esta perspectiva, vemos la clasificación de bienes de consumo en el mercado como la manifestación material de una clasificación de personas y roles sociales –desiguales o no. “Es decir, los bienes que consumimos definen el tipo de persona que somos dentro del orden simbólico establecido”. (Espino, N 2008).

Pero, ¿Qué es la gentrificación verde? Básicamente se refiere al proceso que a medida que los proyectos de conservación ambiental van agregando valor al entorno urbano, es decir, las zonas urbanas que se llenan de parques que en su momento sufren una subida de precios, y como consecuencia, estos acaban segregando a colectivos sociales vulnerables. De este modo, el proceso de gentrificación verde contribuye a la propagación de la pobreza concentrada geográficamente. A la población indefensa que provoca ruptura de lazos sociales establecidos y aumenta el estrés crónico e inestabilidad mental en los residentes, generando así la desigualdad social dentro de la separación geográfica. 

Partiendo desde la cultura de masas, donde una parte dominante obliga al consumo de pobreza y productos pocos innovadores. Así como sucede en las sociedades más desfavorecidas, muchas olvidadas por sus gobernantes, los cuales están enfocados en promover las grandes poblaciones de alto coste que dan beneficios a la publicidad consumista del turismo de la localidad misma. Creando beneficios en impuestos y rentabilidad económica. Aunque siguen argumentando que los beneficios de la gentrificación son un aporte a la comunidad en general. 

Bourdieu habla del sentido social del gusto, que da autonomía a cada persona, tener enfoques diferentes, muchos de los dominados, por general han interiorizado el hecho de tener que vivir y consumir del entorno donde su economía le permite, los gustos cambian y crean a un nuevo individuo, que por general podría aspirar a ser parte de un entorno con mejoras y mejor calidad de vida. Por ejemplo la educación, ya que muchos de los dominados y segregados tenían un pensamiento de estudio y culturización o bien para ellos o para sus hijos, pero su economía no se los ha podido permitir y claro está si en una sociedad no se promueve y alimenta el espíritu educativo, sea por los gobernantes o por los iguales, no se podrá nunca trabajar en igualdad. Por tanto, el gusto ejerce como marcador de clase (potencial cultural más el orígen social) y refleja las distinciones entre posiciones sociales. 

Si en vez de promover la gentrificación verde, en espacios que obligan a segregar a la población que no puede permitirse pagar los costes elevados del cambio, y por el contrario, se crean espacios que se caractericen por la integración de clases sociales e igualdad. Se estaría trabajando en beneficio de la comunidad en general, y dar oportunidad a los que no se sientan pertenecientes a dichas comunidades segregar por voluntad y no por obligación por  comercializar los espacios libres que pertenecen a todos por igual y no solo a un grupo por su estatus social. 

La investigadora Isabelle Anguelovski de la Universidad Autónoma de Barcelona expone, «Ahora que lo verde tiene un rol importante para la calidad de vida, es cuando empieza a convertirse en un elemento de apropiación de élites y especuladores, además de quienes financian las viviendas. Es en ese sentido cuando hay que decir ‘Cuidado, ayuntamientos’, porque si planifican nuevas zonas, se debe hacer respondiendo a principios de equidad a medio y largo plazo». 

 

Conclusión 

En definitiva, la gentrificación verde, es más que una renovación para el ambiente urbano de una sociedad, es un acto que perjudica y lleva a los límites extremos de moverse geográficamente. En general, los residentes que no tienen otras alternativas por su condición económica, es decir, crea inestabilidad económica y social.

Existen preocupaciones legítimas sobre los impactos negativos de la gentrificación verde. A medida que los vecindarios son revitalizados, los precios de la vivienda tienden a aumentar, lo que puede desplazar a los residentes de bajos ingresos y comunidades históricamente marginadas. Esto puede conducir a la pérdida de identidad cultural, segregación socioeconómica y aumento de las desigualdades.

Es por esto que, dentro de los daños creados por la gentrificación verde se involucra el término del funcionalismo, puesto que se puede considerar que es funcional si la sociedad está dispuesta a moverse. Pero si es de manera obligatoria y sin alternativas, no se puede considerar que es funcional, puesto que el funcionalismo puesto que esté con las instituciones tiene como medida extrema el minimizar las desigualdades y conflictos sociales y como externa el hecho de ignorarlas que es el caso actual.

Claro está, que el desplazarse de una zona a otra también dependerá de la situación económica de cada familia, sin embargo, esto no quiere decir que la gentrificación verde lo que provoca es una desigualdad social, tras el hecho de separar geográficamente y económicamente a familias, si bien es cierto, la gentrificación verde lo que se genera o lo que inculca dentro de la sociedad, es el lema de la salud y el buen vivir, y esto lo realiza con la creación de parques, zonas recreativas, entre otras, teniendo como consecuencia todo los contrario a lo que tienen idealizado, puesto que esto, genera un aumento del precio en los alquileres teniendo como consecuencia extremista el desalojamiento de las familias.

Es importante abordar estos desafíos para garantizar que la gentrificación verde sea equitativa e inclusiva. Esto implica la participación activa de la comunidad en la toma de decisiones, la protección de los derechos de los residentes de bajos ingresos y la implementación de políticas que eviten el desplazamiento forzado. Además, se deben desarrollar programas de vivienda asequible y estrategias de desarrollo económico que beneficien a todos los miembros de la comunidad.

En resumen, la gentrificación verde es un fenómeno complejo que busca mejorar la sostenibilidad urbana, pero que también plantea desafíos en términos de equidad y justicia social. Abordar estos desafíos requerirá un enfoque integral que combine la revitalización urbana con la protección de los derechos de los residentes de bajos ingresos y la promoción de una mayor inclusión en el proceso de desarrollo urbano.

“Las ciudades más verdes no son justas y saludables por igual para todo el mundo”

Helen Cole 

(Investigadora del ICTA-UAB)

Bibliografía

Artículo Digital El Diario.es: «La gentrificación verde o el reto de las ciudades sostenibles para no aumentar las desigualdades” (12/01/2023).

Artículo Digital Público: «Gentrificación verde: cuando el mercado usa los parques para subirte el alquiler” (10/10/2022).

Benach N. i Albet A. (2018). La gentrificación como estrategia global. Papers: Regió Metropolitana de Barcelona: Territori, Estratègies, Planejament, 60, 17-23.

Cardús, Salvador (2019) «La sociología como práctica y como saber». En: Cardús, Salvador y Fernández, Esther (Coords) Sociología. Barcelona: UOC.

Estradé, Antoni (2016) «La paradoja en la ciencia social» [vídeo en línea]. Barcelona: UOC.

Espino, N (2008). La segregación urbana . Revista arquitectura. Bogotá.

Fernández-Esquinas, Manuel (2016) La profesión sociológica en el siglo XXI: Estrategias para potenciar la situación de la sociología en el mercado de trabajo. Revista Española de Sociología, 25 (3), 213–224.

Martínez, Roger (2019) «El pensamiento sociológico (II). Los contemporáneos». En: Cardús, Salvador y Fernández, Esther (Coords) Sociología. Barcelona: UOC.

Nota de prensa UAB: «La gentrificación verde puede limitar el efecto favorable que las zonas verdes tienen en la salud» (04/10/2017).

Guiddes, A; W. Sutton P (2017). Sociología. Madrid: Alianza, Ed. 8ª.

Saskia Sassen (2011). «Ciudad Global y la lógica de expulsión del Neoliberalismo», vídeo CCCB (8′).

 

La espiritualidad con los clásicos de la sociologia

LA ESPITUALIDAD DE LOS CLASICOS DE LA SOCIOLOGIA

Por: Alberth Miguel Garcia Castellano

Introducción

Antes de hablar sobre sociedad, es importante mencionar a Augusto Comte como creador de la palabra sociología, que a partir de la voz latina socĭus, que significa’ socio’ y el término griego λóγος (lógos), que significa ‘tratado’, ‘estudio’ o’ ciencia’.

En su búsqueda de estudiar a los individuos que forman parte del colectivo social, no solo a los ricos y los poderosos, sino también al hombre común, como factor principal del cambio religioso, artístico, económico y político, basándolos en hechos de ciencias sociales. Para Comte su inquietud empieza con la acumulación de población en los suburbios de las ciudades, en la etapa primaria de la revolución industrial en el siglo XIX

Seguido de Comte aparecerá Karl Marx basando sus inquietudes entre la clase social y el capitalismo, organizando las clases de producción de los bienes materiales de cuatro formas diferentes; antiguo, feudal, capitalista y socialista. Argumentó que existen clases dominantes y estas a medida que van cambiando no van desapareciendo, sino simplemente pasando a segundo plano, define al capitalismo como (burguesía) y al trabajador como (proletariado) que según Marx algún día entraría en revolución y derrocaría a la burguesía.

Más tarde aparecieron Max Weber y Emile Durkheim fueron sociólogos influyentes que ofrecieron diferentes perspectivas sobre la sociedad y su funcionamiento ambos de la misma época, la visión de Weber de la sociedad se centró en el papel de la racionalización y la burocracia. Sostuvo que las sociedades modernas se caracterizan por la racionalidad y la eficiencia, que se logran mediante la implementación de estructuras burocráticas. Weber creía que la burocracia era la forma más eficiente de organizar la sociedad, pero también reconocía que podía llevar a la alienación y al desencanto.

La visión de Durkheim de la sociedad se centró en la importancia de la integración social y la división del trabajo. Argumentó que la sociedad se mantiene unida por un conjunto compartido de valores y creencias a los que llamó conciencia colectiva. Durkheim creía que la división del trabajo era necesaria para que la sociedad funcionara de manera efectiva, pero también advirtió que demasiada especialización podría conducir a la anomía (una sensación de ausencia de normas y desapego de la sociedad).

Marx, Weber y Durkheim se encontraron en la cafetería y buscando que leer, se encuentran la publicación Barcelona Metrópolis, editada por el Ayuntamiento de Barcelona, el artículo divulgativo de la socióloga Mar Griera «Espiritualidad: más allá de las modas» (diciembre 2021).

Marx empieza dando su opinión sobre la supraestructura e inmediatamente Durkheim interrumpe diciendo; “A medida que crece la conciencia individual, se reduce la conciencia colectiva y viceversa, la solidaridad orgánica da un alto valor a la conciencia individual en las sociedades modernas e industriales, el individualismo en esta modernidad es mucho más alto por consecuencia que en otras sociedades como las primitivas o las agrícolas” Estradé i Saltó, A. (2019, pág.32). Haciendo referencia cuando Marx menciona que el ser social determina la conciencia.

Prosigue Marx diciendo; “Solo por el simple hecho de vivir en sociedad las personas se relacionan quieran o no, porque su naturaleza social les obliga, y se impone a los individuos con independencia de sus preferencias”. Estradé i Saltó, A. (2019, pág. 20)

Así mismo, añade Durkheim; “Cuando una sociedad es amplia y grande, un individuo difícilmente puede reflejarse a ella, por lo tanto, es importante crear organizaciones que a su vez creen grupos específicos con intereses comunes que den un espacio social más general y estas organizaciones u órganos deben definirse según la división del trabajo y los individuos que deben llevarlas tienen que ser profesionales que den confianza al individuo” Estradé i Saltó, A. (2019, pág. 30). Durkheim abrumado por lo leído, acerca de, que “las instituciones han perdido plausibilidad y así va subiendo el número de personas que creen en la espiritualidad” Griera i Llonch (2020)

En el mismo momento entra Max Weber a la conversación, considerando que Marx y Durkheim comparten los pensamientos de desarrollo en un modelo global (etapas), insiste que “la racionalización en el ámbito de la ciencia debería consumir no solo el proceso de desencantamiento, sino que la ciencia debería dar fin a la religión, o abarcar un mayor espacio en la evolución social. Al mismo tiempo (racionalizar), debería designar los cambios de las formas de pensar, de actuar y de relacionarse sin dar privilegio a ningún tipo de transformaciones por encima de los demás. En su defecto, si una sociedad está poco racionalizada, en algunas ocasiones pueden no distinguirse la religión, política, la ciencia o el arte” Guiddes, A; W. Sutton P (2017 pág. 111)

Al leer el enunciado que dice “la espiritualidad al mismo tiempo actúa de una forma neoliberal emergiendo como una forma subjetiva transcendente que no depende de ninguna institución y a su vez se desvincula totalmente de ellas”. Griera i Llonch (2020)

Respondiendo al enunciado, Marx dice; “En la concepción del materialismo histórico me opongo a que una doctrina filosófica de pensamiento en que la libertad o la democracia son el motor para un desarrollo histórico de la sociedad, al contrario, los ideales dominantes de determinadas épocas son el reflejo de la forma de vida dominante de la sociedad actual y de su modo de producción” Estradé i Saltó, A. (2019),  el reflejo de sociedades dominadas por un derecho divino (Dios), por reyes o gobernantes que pretendían dictar normas o leyes con el beneficio de sus propios intereses.

Se preguntan Weber y Durkheim ¿Las ideas dominantes de una época reflejan los intereses de las clases gobernantes?

Entonces Durkheim responde con una frase personal “Los viejos dioses están muertos” Guiddes, A; W. Sutton P (2017, pág. 805) Ya visto en el “totemismo” en las culturas aborígenes australianas, entonces, que surjan nuevas actividades ceremoniales para reemplazar a las antiguas. La sociedad prima frente al individuo.

“Y cuando se cumple con las obligaciones y con los compromisos que se han aceptado, se cumple con una serie de obligaciones definidas por la ley y la costumbre y que son externas de sí mismo y también las acciones. Si un individuo nace donde ya existen creencias y prácticas religiosas, entonces, empieza a practicarlas; si existen antes que él, se puede decir que son externas a él” Durkheim (1982 [1985]: 50).

Max Weber; “La imagen del mundo se está desencantando, la ciencia y la técnica han disuelto las últimas sombras de la magia y la religión” Guiddes, A; W. Sutton P (2017, pág. 814) El mundo se ha convertido en un enorme mecanismo sin sentido, sin finalidad y sin propósito. Y prosigue diciendo; la modernidad está caracterizada por la racionalización y la desencantación del mundo. En un proceso continuo de burocratización y control, la vida social se convertirá en una cuestión de cálculo racional y eficiencia técnica.

Marx lee en voz alta el siguiente párrafo que dice; “el individuo se siente legitimado para articular una narrativa espiritual propia y para buscar, explorar y escoger entre formas diferentes, y técnicas varias, de búsqueda de trascendencia” Guiddes, A; W. Sutton P (2017, pág. 117)

Marx sostiene la mirada hacia Weber y Durkheim, diciendo; las sociedades han tenido una evolución estructurada y no puramente aleatoria. En un pasado remoto el desarrollo humano no se basaba en la propiedad privada, por consiguiente, los recursos que se adquirían eran de propiedad colectiva y no existía ninguna división de clases, lo que se denomina comunismo primitivo. Luego cuando este grupo aumentó fue desapareciendo el modo de producción de estos, y se dio paso a un nuevo modelo que contemplaba algunas propiedades privadas incluyendo la esclavitud, como sucedió en la Antigua Grecia y la Antigua Roma, continuamente el feudalismo comprendido por el señor feudal o terratenientes y los campesinos en posición del siervo.

Frente a la nueva revolución industrial se ha dado paso a la modernidad social, creándose un sistema de control social denominado capitalismo donde la burguesía crece cada vez más y el proletariado también. Pero si se elimina el capitalismo, se rompen las causas de la alineación, lo que daría paso a la instauración del socialismo.

Durkheim terminando el café decide terminar su punto de vista hablando sobre la anomia con respecto a lo que decía Marx frente a la revolución industrial. Explicando; en una situación de regulación moral colectiva insuficiente de los deseos y las aspiraciones individuales, no hay límites ni frenos de lo que se puede desear y la persona que persigue el infinito nunca llegará a su destino. Este aumento de las necesidades rompe todo tipo de posible armonía entre las finalidades que se quieren conseguir y los medios de que se dispone para obtenerlas. Por muchos que sean los medios, nunca será suficiente. La ausencia de un límite, de una norma moral colectiva que obligue a frenar la satisfacción de las necesidades más allá de un punto determinado, convierte esta carrera en una carrera sin fin, circunstancia que provoca un sentimiento de malestar individual y social porque nadie está nunca contento. Estradé i Saltó, A. (2019 pág. 33-34)

Conclusión

Marx estaba interesado en el impacto del capitalismo a la sociedad, favoreciendo a unos pocos y desfavoreciendo a muchos otros a los que llama “El hombre común”, el cual no era consciente de su trabajo y del aporte que le brindaba a la industria, mediante su trabajo, el individuo demostraba sus conocimientos y esfuerzo sin darse cuenta del producto final que había hecho, así se producía una pérdida y sería más fácil para el burgués dominar al proletariado, para Marx es importante aprender del comunismo primitivo y dar paso al comunismo o socialismo como la única forma para eliminar el capitalismo. Al mismo tiempo define la transición del feudalismo al capitalismo como una cara de la misma moneda, donde la diferencia es que hay una condición de asalariado.

Max Weber estudió la religión y la política de diferentes culturas diferenciando la occidental de otras donde se encuentra una acumulación de riqueza desconocida, lo que denominó como “El espíritu del capitalismo” Giddens, W. Sutton (2017, pág. 112). Se basa en las creencias de los primeros comerciantes e industriales capitalistas que acumulaban sus riquezas y no tenían intención de utilizarlas para su gozo o distracción llevaban un estilo de vida de austeridad, a diferencia de los ricos en otras partes del mundo. Muchos de ellos eran puritanos o tenían algún seguimiento de las ideas calvinistas, todo el capital guardó era una forma de reinversión y así aumentarlo, ya que la falta de humildad es un pecado castigado por la religión y debían tener un comportamiento puro para la divinidad y la aceptación de Dios de este modo ser elegidos.

A diferencia del capitalismo moderno los puritanos quieren trabajar por vocación, el resto está obligado a ello, para Max Weber la desencantacion y racionalización son importantes para la sociedad moderna, el hecho que la religión pierda terreno frente a la ciencia y vaya desapareciendo el monopolio del control. Para Weber si existe una racionalización se puede comprender mejor la política, el arte, la religión y la economía. Bajo un sistema de burocratización, sabiendo que puede encerrar al hombre y dejarlo sin libertad de poder ser abierto a un mundo que no sea mecanizado.

Por otro lado, Durkheim deja un concepto claro para comprender el resultado de una sociedad exigente y sin límites, capaz de crear y producir sin encontrar nunca el resultado final, rompiendo con la armonía de los resultados que se quieren conseguir y lo que se implementa para conseguirlo. Así define “La anomia” no es igual en todos los tipos de sociedades. La modernidad deshace todos los vínculos y regulaciones sociales tradicionales y no es capaz de crear nuevas formas de cohesión sociales.

 

Bibliografía

Estradé i Saltó, A. (2019). El pensamiento sociológico (I). Los fundadores, 1ª ed., Barcelona.

Guiddes, A; W. Sutton P (2017). Sociologia. Alianza, ed. 8ªMadrid.

Griera i Llonch (2021). Espiritualidad: más allá de las modas. Barcelona Metrópolis. Barcelona.

Durkheim (1982 [1985]: 50). Las reglas del método sociológico.  Presses Universitaires de France. Francia.

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